¿El que tiene más respuesta, sabe más?
Mucha gente piensa que lo único que vale es la ciencia, pero ¿y las emociones?
¿Cuántas veces nos vemos reconocidos en situaciones que hacemos preguntas y nos responden con preguntas? ¿No hay emociones en juego: miedos, inseguridades, defensas? ¿Qué pasa cuando estamos contentos? ¿Las respuestas no importan tanto? ¿Si estamos confundidos, no esperamos ansiosos una respuesta de un amigo?
La ciencia cambia... La tierra era plana y luego resulta que es redonda. La ciencia cambia, la política cambia, se descubren que muchas ideas son erróneas, ¿Qué te queda? Las emociones: una emoción puede cambiar la forma en que percibes el mundo.
Y además, cuando estás deprimido se te encoge el corazón, no late la sangre igual. Cuando uno está enamorado el sistema inmunológico mejora, hay luz en los ojos. Hay una forma de reaccionar del cuerpo sana y otra enferma, es muy complejo. ¿Cómo nos influye la alegría y la tristeza? Yo pienso que hay preguntas que te sanan y otra que te enferman.
¿Por qué, a veces, sentiremos una tristeza parecida a la de un par de medias tiradas en un rincón? y ¿Por qué a veces nos emociona tanto un partido, una flor, o una película?
¿Qué respuestas hay a esas preguntas? Qué profundo desafío es no encontrar respuestas…