LOS ¿QUÉ? SE TRANSFORMARON EN PENSAMIENTOS

¿Qué no hacías preguntas? Querías respuestas buscando el ritmo exacto que marcan los latidos cuando conversan con la misma voz... Tocaba la belleza… regalos

Que la tristeza de no verte me nubla los ojos con sal.

Que te encuentre en la otra vida.

Que no me alcance el tiempo para disfrutarte en ésta.

Que mientras estás, siento que cada segundo dura para siempre.

Que cuando te vas, tu espalda brilla como un cometa.

Que si me siento triste, todo lo que tengo que hace es pensarte, imaginarte, sentirte,

Que cruzo la vida sin escala en tu boca.

Que sí es… no sé... pero es como la vida misma que respira solo tu color.

Que cuando te oigo, desprotejo mi cuerpo.

Que tus lágrimas me hacen aire.

Que temprano madrugo la madrugada, en mis manos levanto una tormenta sedienta, lloro sintiendo más tu luz que mi propia vida.

Que sacudas pedazos de sueños en llamas.

Que las sombras te delaten la pasión.

Que la noche te acune y cante.

Que abras una puerta de gasas, entregues tu cuerpo y solo sientas, sientas.

Que te miro, todo se vuelve poesía y queda latiendo en mi pecho.

Que los sentidos de los sueños están vivos.

Que partir de ese día tus ojos aparecen en todos mis sueños.

Que encontré tus ojos y no tenía defensa.

Que al encontrar tu cuerpo en un abrazo, se me pierde el límite.

Que se seca mi garganta, el no beber tus besos.

Que destejas tu desnudez acobardada.

Que si minuto a minuto recuerdo tu imagen desnuda en la noche vacía, tu cuerpo sin peso se abre y abrazo mi propia alma.