¿Hay rechazo a la pregunta?

Cuando los intermediarios responden en este nivel, el mensaje fundamental que se da al niño es que se calle. Las preguntas se consideran inconvenientes o irritantes.

Se puede ver que en una mayoría, los niños y no tan niños, deben aprender a “oír y callar” y a mantenerse en su sitio.

El resultado de semejante castigo por hacer preguntas es, desde luego, que aprendan a que no se debe preguntar nada. “Aprender a no aprender” así la sensación de censura es evidente.

Probablemente a todos nos gustaría pensar que no responderíamos nunca a las preguntas en un nivel tan bajo y/u ofensivo como éste. A lo mejor hemos oído alguna vez en la calle o en el autobús algunos adultos que tratan así a sus hijos o en vínculos que uno empieza a construir, pero nadie se ve actuando de la misma forma.

Sin embargo, hay que considerar que únicamente un adulto muy poco corriente no ha caído eventualmente en este tipo de comportamiento, aunque sólo sea por agotamiento.